Buscando el norte, a veces te encontrás con parte de lo más lindo que viviste, de tus primeros amigos, de las fiestas en familia, de las incontables historias que hoy las fotos guardan y nos cuentan detrás de su color gastado y que se transforman en nuestra ayuda-memoria más fiel.
La brújula de la vida a veces te marca para donde ella quiera, y nosotros allá vamos. No preguntamos "¿Por que?", solo vamos y tal vez, con los años y mirando objetivamente para atrás, seamos capaces de entender muchas cosas; tal vez no, pero si la pregunta está, tal vez algún día busque su respuesta.
Pero como si fuese un destino, ese camino, si lo deseamos y cuando estemos preparados, lo podemos torcer.
Mi norte empezó a acomodarse. Una mañana como cualquier otra, con sus monotonías de las cuales somos conscientemente presos, en cuestión de minutos, a la distancia, me sacaron una espina que tenía clavada -y dolía-, y lo agradecí con el alma y con una alegría que sentía que el corazón se me salía del cuerpo.
Entrada la tarde, la sensación que me llenaba el cuerpo era como que le había ganado un pequeña batalla a las tantas injusticias de la vida. Sonreí por dentro y por fuera, y una paz absoluta se apoderó de mí.
La vida me regaló una prima, una madrina y una hermana mayor; todo en un mismo envase y cuyo afecto y cariño es inalterable al paso de los años. Y gracias a pequeños como anónimos actos heroicos, la grandeza de un buen alma me ayuda a dar pelea en esa pequeña gran batalla de la que sabemos, nadie va a salir vivo, pero que vale la pena pelearla.
Sin importar ya cuantos años de la película nos perdimos, brindo por mas héroes y heroínas que habiten este mundo, porque lo mejor siempre está por venir.
Feliz Cumple! Y nuevamente Gracias.
"...nunca es tarde para recobrar los afectos."
Y para vos, querido/a lector/a: ¿Cual es tu norte?